La fábrica, que comenzó en Otívar hace 75 años, echó andar coincidiendo con la nueva cosecha y superará las previsiones en molturación y comercialización, según su promotor Eduardo Aneas.
Cuando tanto se habla de la falta o apuesta por la industria en general, especialmente en zonas donde la despoblación está haciendo mella o cierre de empresas ante la crisis, en el municipio de Lentegí se ha puesto en marcha esta campaña la más moderna fábrica de aceite de la Costa Tropical. Se trata de una iniciativa de Eduardo Aneas, que regenta “Aceites Aneas”. Una importante iniciativa de transformación para el sector agroalimentario muy necesaria en la comarca y que viene a dar un impulso al campo granadino.
La fábrica se ubica junto a la carretera de acceso a Lentegí, cerca del cruce con la Carretera Autonómica 4050, conocida como “La Cabra”, que va de Almuñécar a Granada. Se levanta sobre una parcela de 8.000 m2, de los cuales la nave ocupa una superficie de 1000 m2 y un total de construcción de 1500 m2 ya que consta de una primera planta. En la parcela destaca un amplio aparcamiento y una balsa de aguas sucias para evaporar.
“La iniciativa surgió ante la falta de espacio y accesibilidad que teníamos en la fábrica de aceite que se ubicaba en la calle Nueva, de Otívar, donde surgió esta empresa por parte de mi abuelo, Cecilio Aneas Díaz, a mediados de los años 40; después tomó el testigo mi tío y más tarde mi padre, Francisco Aneas Pérez, se hizo cargo de la misma. Yo soy la tercera generación”, relata Eduardo Aneas
El proyecto, redactado y dirigido por el estudio Redondo y Trujillo Arquitectos, arrancó hace tres años tras la adquisición solar. Los trámites se prolongaron bastante tiempo hasta poder iniciar la construcción el pasado año y coincidiendo con la llegada de la pandemia. “Todo ello ha supuesto una dificultad más pero nos dio tiempo para comenzar al inicio de la campaña”, según manifiesta el promotor, Eduardo Aneas.
Precisamente, el arquitecto, Antonio Redondo, ha destacado en la construcción de la fábrica el elemento del cemento armado prefabricado que aceleró todo lo que ha sido la obra.
Inversión privada.
Aneas cuantifica el proyecto en 1,5 millones de euros. “Mucho dinero”, dice, para, a reglón seguido indicar que ha tenido que hacer hipoteca con los bancos. “No me ha dado tiempo de solicitar ayudas para este proyecto porque tuve los permisos tarde y no daba tiempo”, dice.
“Cuando la cosecha ya se encuentra muy avanzada, a punto de llegar a la recta final y en comparación al año anterior, hemos superado los quilos de molturación y las ventas, gracias a que contamos con más máquinas para poder moler y además ha venido bastantes agricultores nuevos ante el cierre que se ha producido de varias fábricas del entorno. Y todo ello a pesar de que en la Costa ha habido menos producción. Este año lleva superado más de un millón de kilos de molturación”, señala Aneas.
En cuanto a la calidad del aceite este año es bastante buena, porque la aceituna se lava y se limpia para retirar las impurezas y se clasifica. Todo ello favorece el resultado final. Ya se puede decir que la cosecha ha estado bien. Las heladas no le han afectado, ya estaba recogida la mayoría.
Hasta la nueva fábrica llegaron aceitunas recolectadas en la zona de Jayena , Játar y otros pueblos cercanos a Granada, así como de Órgiva, Lanjarón y la Alpujarra, en general. Poco a poco nos vamos moviendo y captando nuevos agricultores, a pesar de que no ha habido tiempo ni de hacer ni un almanaque de promoción”, comenta entre risas Eduardo Aneas, quien afirma que “fue terminar la construcción y el montaje de la nueva maquinaria y al otro día empezar a moler”.
Si algo se caracteriza el trabajo de molturación que realiza esta fábrica son los agricultores, ya que la mayoría, entre un 70 u 80 %, realiza la misma por el sistema de maquila. El minifundio se impone en el campo de la comarca y por ello son muchos agricultores los que presentan con menos de 1000 kilos de aceitunas en pequeñas partidas.
La fábrica de Aceites Aneas ha contado esta campaña con cuatro personas a pesar del incremento de molienda. Lo hemos llevado bien. Ha habido días con más trabajo pero, en general, procuramos hacerlo en el día; para ello desde las 6 de la mañana hasta la 10 de la noche, no pararon para hacer la molienda en el día a cada agricultor.
Mientras hablamos con Eduardo Aneas vemos el ir y venir de los vehículos que se acercan a la torva para bascular las aceitunas. La mayoría son todoterrenos que facilita el poder acercarse o moverse por una orografía nada fácil como es la que tiene la comarca de la costa granadina y el olivar en general. Este vehículo llega desde el municipio vecino e Ítrabo, pero también nos vienen aceitunas hasta de la zona de la Axarquía malagueña, ya que desde Torrox hasta aquí no hay molinos o fábricas de aceite. Las que había cerraron, al igual que ha ocurrido en otras tantas que había en nuestra comarca.
Comercialización
En el apartado de la comercialización Aceites Aneas también juega cada día un papel mayor para lo cual cuenta con una amplia gama en distintos formatos, desde monodosis hasta envases de 25 litros. “Vamos ganando mercado y me piden en España o desde fuera, incluso. El tema es que nos van conociendo porque hacemos poca propaganda. En el sector de hostelería va muy bien. Con clientes nos llaman para que le sirvamos y eso es lo importante para mí. El que más gastamos es el aceite filtrado. El sin filtrar o el verde se pone fuerte en el mercado y la persona que lo pide es porque ya lo conoce. Ahora el verde se está poniendo fuerte en el mercado”, dice Aneas, quien no pretende entrar todavía en la gran superficie. Nosotros vamos bien cómo vamos. Lo que nos piden lo servimos”.
Variedad de aceitunas
La experiencia de Eduardo Aneas después de tres décadas al frente de la fábrica hace que conozca el olivar de la zona. La manzanilla, la gordal, destacan en la zona de Otívar e Ítrabo; sin embargo, en la zona de La Herradura es la variedad del nevadillo y verdial, que por cierto es la que mayor rendimiento tiene”, afirma mientras despacha a Antonio, un agricultor de Ítrabo que cuenta con 90 olivos y que ha presentado una entrega de casi 1400 kilos de aceitunas que acaba de recolectar junto a otras dos personas, y que venderá al molino.
Si algo ahora tiene de extraordinario la nueva fábrica, además de la más moderna maquinaria que se utiliza en el sector con patente italiana, es el espacio y la accesibilidad. Mucha amplitud
Historia de Aceites Aneas
Eduardo Aneas tiene previsto destinar un espacio de su fábrica a la promoción del aceite y todo el proceso, así como a la historia de Aceites Aneas, que comenzó su abuelo en la Fábrica Nuestra Señora del Carmen, en Otívar.
Y es que si ahora cuenta con la fábrica más moderna para moler la aceituna con maquinaria de última generación, que separa hasta el hueso del orujo, por ejemplo; su abuelo, Cecilio Aneas Díaz, hizo también historia porque empezó en 1945 – 46 a trabaja con energía eléctrica. Por ello los vecinos la conocían como la fábrica de aceite de Cecilio. Hasta entonces los molinos utilizaban el agua o los animales como mulos para moler la aceituna. Dado que cuando se instaló la fábrica no había carretera para llegar a Otívar, las piezas mecánicas tuvieron que subirlas desde Almuñécar por el cauce del río hasta la zona conocida como El Soltadero y, de ahí, subirlas en mulos hasta el pueblo.
En cuanto a la promoción, se ha diseñado la nueva fábrica con elementos y detalles para que el visitante conozca el proceso sin entrar en el interior. Ya ha sido visitada por técnicos para incluirla en rutas de visitas.