El atleta  sexitano Darío Bruzón Salado, un saltador hacia el futuro

Entre sus objetivos ya piensa en la Olimpiada de Paris 2024

El  sexitano Darío Bruzón Salado (Almuñécar, 2002) es una de las promesas masculina más importante    del atletismo local.  Tras una excelente temporada, donde a pesar de lo atípica ha ido de menos a más, sus marcas han hecho que la mayoría de las veces estuviera en el podio ocupando el escalón más alto del mismo.

Bruzón Salado lleva casi una década volcado con el atletismo, y más concretamente en la modalidad de salto de longitud donde es todo un campeón  en su categoría sub 20 en Andalucía y uno de los destacados en el panorama nacional.  Es un joven que aparentemente se ve tímido pero que en el trato se descubre a una persona que  lo tiene claro: “Quiero estar en  el Europeo, Mundial de mi categoría y en la Olimpiada de París en 2024. No es fácil, pero sé que lo puedo conseguir”, dice sobre el tartán del estadio “Francisco Bonet” , tras hacer un alto en el entrenamiento para conocerle mejor.

 

“Empecé con cuatro años, cuando  Claudio de Zotto llevaba la Escuela Municipal de Atletismo de Almuñécar. Hubo un año que mi padre me dijo que si quería jugar al fútbol.  Compaginé atletismo y fútbol. Un año después me dijeron que me decidiera por uno u otro deporte.  Elegí el fútbol porque estaba con mis amigos y estaba más feliz, pero me di cuenta que el atletismo me hacía ganar cosas,  que  en el fútbol no conseguía, a pesar de que  teníamos buen equipo no ganábamos mucho. Sin embargo,  en el atletismo,  si perdía el error era mío y no había que culpar a nadie sino a mí”, recuerda el atleta almuñequero.

Desde hace cuatro años emigró,  como otros atletas sexitanos,  al Club Atletismo Cueva de Nerja. Allí fue  bien recibido y tratado  encontrándose como en casa. Desde el primer momento se pudo a las órdenes del entrenador nacional Raúl López.

“Ahora, además de salto  de longitud estoy haciendo algo de velocidad en 4×100  y algunos 100 metros lisos, fuera de concurso,  para hacer marca en relevo absoluto,  donde  hemos ganado medalla nacional, en relevo,  y en categoría sub 20 la medalla.   Para mí ha sido algo extraño porque estaba rápido pero   no para bajar de 11 segundos”, destaca mientras recuerda una extraordinaria participación en relevos que apeó al equipo de Granada Joven en el último relevo con una actuación increíble.

Y es que, a pesar de que ha sido una temporada diferente. Ha mejorado marca, aunque no como el pensaba. “El balance ha sido bueno a pesar de la dificultad. En salto comencé la temporada con 6,70 metros  en un mitin en Nerja  y he terminado con 7,32 metros en Cartagena. En 100 metros la marcha se quedó en  10: 90 y,  en el 200 metros  lo dejé en 22,26. Estoy contento,  pero este año quiero bajar de 22 segundos  en el 200.  Me ha quedado esa espina”, señala.

Para el futuro inmediato en la mente de Darío Bruzón Salado ya piensa en algo grande. “Este año va a ser muy especial porque va a ser difícil psicológicamente. Voy a preparar el aire libre porque este año hay mundial y  europeo de mi categoría.  Voy a dejar de lado la temporada de invierno .Psicológicamente  e veo con  posibilidades de ir  al Mundial, en Nairobi (Kenia)  con una marca mínima que se exige de 7,58 metros. En 100 metros probaremos,   por intentarlo no pasa nada”, dice con rotundidad.

El joven atleta sexitano, estudiante de un curso de nutrición y coaching nutricional, así como del  carnet de conducir para trasladarse de Almuñécar a Nerja sin depender de su madre,   se encuentra muy bien de salud y se cuida, aunque nada especial. Su comida es la que prepara su madre,  que también está ligada al atletismo como juez árbitro, al igual que su hermano. “Intento no comer chuches ni bollería, por lo demás lo que prepara mi madre”, dice señalando que lo que si necesita es la visita al físio por un tema de tobillo.

Su programa de entrenamiento arranca cada día con ruta en bici por los paseos marítimos de Almuñécar, entre Cabria y  Cotobro,  “para ganar fondo y trabajar los músculos que no trabajo en la pista. También algo de fondo y piscina, para la tarde dedicarla a la técnica de carrera”, explica.

Darío está volcado con su preparación y sueña ya con la Olimpiada de Paris en 2024. Antes se pone como meta inmediata el mundial de Nairobi (Kenia) o el Europeo. Ojalá la pandemia no altere más  su calendario y, sobretodo, su trabajo diario y deseos de alcanzar el objetivo de este joven  atleta almuñequero.

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