La población infantil de Almuñécar y La Herradura disfrutó  hoy de su primer día de  paseo por calles y playas despues de más de 40 dias.

 El viento y el oleaje de poniente frenaron la visita masiva a las playas. La Policía Local intensificó vigilancia de las playas

La proximidad de las playas  a los centros urbanos de Almuñécar y La Herradura y una buena temperatura presagiaba una masiva afluencia de visitantes  de la  población infantil durante la mañana de este domingo  a las playas sexitanas, donde, después de una jornada lluviosa del sábado, lucía el sol intensamente. Sin embargo, también soplaba el viento de poniente, que en la mar se traducía en oleaje. No obstante, algunos padres optaron por disfrutar del paseo por la arena aunque fuese  una hora que tenían previsto para ello.

En La Herradura, donde el sonido del oleaje destacaba en este último domingo de abril, pudimos ver a algunos pequeños paseando o tomando el sol  que, por cierto, tan ausente ha estado estas últimas semanas coincidiendo con el confinamiento.

Entre los pequeños que salieron por la mañana, estaba   Elena, una niña de menos de dos años, que  había jugado con su padre a la pelota en la playa  y paseaba de la mano en los últimos instantes antes de volver a casa. Ella portaba su mascarilla color rosa y cogida de la mano caminaba sobre la arena.  Cerca otra mamá disfrutaba del sol sentada en la playa con su pequeño.

Por la acera del “paseo” Andrés Segovia de La Herradura, Roberto, de 12 años, junto a su madre y su perrito,  después de más de 40 días encerrado en casa,  solo había podido subir  a la azotea de su bloque para tocar las palmas junto a sus padres y abuelo.

Por su parte, Martina, una pequeña vecina de La Herradura y  de algo más de dos años,  jugaba con su padre en la acera por la calle Las Palomas, paralela al “paseo” y más protegida de viento. Ella se sorprendía al  volver a ver un perrito después de varias semanas,  volvía a casa tras pasear con su muñeca en el carrito.

En la zona de la playa del Velilla también se vio un poco más concurrida. En esta zona el poniente apenas se nota y la hacía más atractiva para disfrutar de una hora intensa de sol y paseo. Por cierto, cuando la Policía Local se acercó a una familia, -madre y dos hijos- ésta  se llevó una gran alegría porque conocieron por los agentes que podían salir con los pequeños a la calle y a la playa. “Ellos se vieron sorprendidos cuando  al acercarse a la citada familia,  la madre pedía disculpas a los policías”, según relató el jefe accidental de la Policía Local, José Antonio Rivas, que calificaba la jornada de “muy tranquila”.

Los tres ejemplos matinales eran fiel reflejo de que, en muchos casos, los pequeños y sus familias, se lo tomaron con calma, a pesar de haber contado las horas para volver a la salir a la calle. En muchos casos no sabían que podían acceder a la playa. No conocían que se había autorizado esa posibilidad.

Otros muchos vecinos  observaban como los parques infantiles y  biosaludables ubicados en las playas se mantenían  precintados por la Policía Local, que estuvo toda la jornada patrullando las playas para hacer cumplir el bando que la  alcaldesa, Trinidad Herrera, había hecho público la noche del sábad

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