La Panadería Caribe abrió sus puertas en Lentegí en 1945, de la mano de Miguel Fajardo Villoslada y Amelia Navarro Guerrero, padres de los actuales propietarios. Lo hicieron en un molino de harina en el que también hacían pan. Después, estuvieron en Otívar y en los 80 se trasladaron a Almuñécar con el afán de crecer y ampliar el negocio. En la primera época no tenían tienda propia porque solo distribuían en supermercados y hostelería. Tenían el obrador y vendían en la calle.
En la actualidad, los tres hermanos: Manolo, David y Miguel Fajardo Navarro, son los encargados de este negocio, dotándolo de variedad y modernidad. Es el único obrador de Almuñécar que toca cuatro ramas de productos: pan, bollería, pasteles, y también helados.
Han estado trabajando unos años centrados en distribuir en establecimientos de hostelería de Almuñécar, pero ahora venden en sus tiendas propias, 4 en invierno y 6 en verano, repartidas por todo el municipio, con un plantilla que oscila entre los 20 y 25 trabajadores, dependiendo de la temporada. El 95% de ellos son fijos y algunos llevan con ellos más de 14 años.
A la Panadería Caribe también ha llegado la tecnología, haciéndoles la vida un poco más fácil tanto en la elaboración de productos, realización de pedidos, facturación y en el propio reparto. Su meta es trabajar bien y reinventarse cada día. Prueba de ello es que han recorrido medio mundo buscando la mejor maquinaria, como una chapatera que se trajeron de Italia. Han sabido adaptarse también para seguir las tendencias del mercado. Tiene más actividad y más mano de obra pero sus productos ofrecen más sabor, con ingredientes saludables de primera calidad y un estilo de trabajo que les diferencia de las grandes superficies.
Por crecer en calidad y variedad, sin perder su esencia, al mismo tiempo que Almuñécar lo ha hecho en materia turística, recibe el Premio Turismo Almuñécar 2018 Panadería Caribe.
Entregó el Galardón: Antonio Laborda, Concejal de Economía y Hacienda.
Recogió: Miguel Fajardo Villoslada