Miguel Fajardo Villoslada,  un empresario del pan que evolucionó con la Almuñécar turística.

Su apuesta  por ello le valió el reconocimiento de Patronato de Turismo sexitano en 2018

OBITUARIO

Esta semana nos ha dejado  Miguel Fajardo Villoslada, un gran empresario del gremio de panadería, natural de Lentegí y sexitano de adopción, donde estaba afincado con su empresa “Panadería Caribe”, desde  los años 80.

Miguel Fajardo Villoslada, junto a su esposa Amelia Navarro Guerrero,  supo inculcar entre sus hijos: Miguel, Manolo y David Fajardo Navarro, la profesión y por ello la empresa experimentó un gran impulso ampliando las labores a la pastelería, bollería, más despachos y por consiguiente más plantilla.

La apuesta por mejorar y ofrecer más y mejores productos,  además de atender la demanda de los sectores del municipio turístico sexitano, le valió al empresario el reconocimiento del Patronato de Turismo de Almuñécar hace casi 5 años. Estaba ya apartado de la actividad laboral por la jubilación pero siempre atento a cualquier novedad que pudiera surgir o llegar a la empresa. Desde la céntrica urbanización de Plaza Mayor y junto a su esposa… Miguel  siempre  se mostraba agradecido por la buena acogida que le ofreció la ciudad sexitana y, orgulloso, también, de ver que se incorporaron nuevos refuerzos familiares a la Panadería Caribe.

A pesar de la evolución que tuvo su empresa, Miguel  Fajardo Villoslada  siempre tenía muy presente en el recuerdo su origen y comienzos en Lentegí, en un molino de harina en el que también hacían pan, antes de trasladarse a Otívar y después a los bajos del que fue hotel Caribe, en la avenida Costa del Sol de Almuñécar. En la primera época no tenían tienda propia porque solo distribuían en supermercados y hostelería. Tenían el obrador y vendían en la calle. Ahora cuentan con media docena en plena temporada estival  y casi 30 personas.

El testigo de la empresa lo cogen ya, definitivamente, sus hijos Manolo, David y Miguel Fajardo Navarro. Aunque llevaban ya tiempo al frente del mismo, siempre estaba el encuentro y presencia  del “jefe” que deja un vacío importante. Pero su huella sigue en obrador y por supuesto en cada despacho de “la Caribe”, a la que han   dotado  de variedad y modernidad, ya que sigue siendo el único obrador de Almuñécar que toca cuatro ramas de productos: pan, bollería, pasteles, y también helados. Siempre manteniendo el espíritu y la línea marcada por su padre,  un empresario ejemplar y, lo mejor, una gran persona que ya descansa en paz  en su Lentegí natal.

Juan Manuel De Haro:
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