El segundo fue para Mirian Hernández, mientras el mejor tuit recayó en Jonatan Penon. Los premios locales han correspondido a Antonio Manuel Martín y Daniel Gálvez.
El madrileño David Casado Domínguez se hizo con el primer premio de la trigésimo primera edición, dotado con 800 euros y diploma, alojamiento para dos personas en un hotel de Almuñécar y una cena para dos personas. El segundo premio, dotado con 500 euros y diploma, alojamiento para dos personas en un hotel de Almuñécar y una cena para dos personas, fue para el trabajo presentado por Miran Hernández Martínez.
En cuanto al apartado local, el jurado concedió el premio consistente en diploma, 300 euros y una cena para dos personas a Antonio Manuel Martín Gómez y el segundo premio local, dotado con 200 euros, diploma y una cena para dos personas a Daniel Gálvez Estévez.
También se ha fallado el premio del XIV Certamen de Tuits, premiado con 100 euros y una cena para dos personas, que correspondió al remitido por Jonatan Penon.
El concejal de Cultura, Alberto García Gilabert, presidió el acto de entrega de premios y lectura de los trabajos galardonados del XXXI Certamen de Cartas de Amor y Desamor de Almuñécar promovido y organizado por el Ayuntamiento sexitano, a través de la concejalía de Cultura y que tuvo como escenario la Casa de la Cultura.
García Gilabert, acompañado por la bibliotecaria municipal, Susana García, tras la entrega de premios felicitó a los participantes y al jurado, al tiempo que ha destacado “el compromiso por seguir apostando por este evento cultural, que tan buena acogida tiene después de treinta y un años de existencia”.
En esta trigésimo primera edición se han recibido un total de 190 cartas, procedentes de toda España y extranjero, de las que 180 han participado en la modalidad general y 10 como cartas locales. También se han recibido 20 tuits y 10 fotos de Instagram.
El edil sexitano de Cultura ha recordado que Certamen de Cartas de Amor y Desamor tiene como objetivo “reivindicar el género literario que tradicionalmente ha sido considerado menor como es el epistolar y, de paso, fomentamos la escritura de los sentimientos y emociones, a través del amor y el desamor”.