Antes de iniciar el camino el párroco Juan Antonio Arcos invitó a los participantes a rezar una plegaría al Patrón de los agricultores pidiéndole la lluvia para que riegue los campos
Con la bendición del cura párroco Juan Antonio Arcos a la carreta que portaba a San Isidro Labrador , así como a la yunta de bueyes que tiraban de ella, así como a los romeros que participaron en el cortejo a salida desde el tempo “El Salvador” de Almuñécar, comenzó la X Romería en Honor de San Isidro Labrador, que organizó la Hermandad Virgen Madre San Isidro Labrador de Torrecuevas, preside el Hermano Mayor, Lucas Vallejo, contando con el apoyo del Ayuntamiento sexitano a través del Área de Cultura y Fiestas que dirige Alberto García Gilabert
Antes el Párroco de Almuñécar invitó a los asistentes a rezar una plegaria al Patrón de los agricultores pidiéndole la lluvia para regar los campos. Sobre la 10,30 horas un repique de campanas y a los sones de tres tamborileros llegados de Málaga salía el cortejo del pórtico de la iglesia El Salvador para llegar a la calle Tetuán, donde se sumaron casi una treintena de carrozas que formaron la Romería ya por el centro urbano para poner rumbo la Vega de Río Verde tras recorrer la avenida Rey Juan Carlos I, La Carrera y Carretera del Suspiro para salir al barrio La Paloma por calle Molvízar. Numerosos vecinos salieron al encuentro para saludar y despedir a los romeros.
A lo largo del recorrido, que se prolonga varias horas para llegar a Torrecuevas por los caminos de la Vega de Río Verde hasta desembocar en el cauce del citado río, los romeros realizan varias paradas donde en una convivencia de hermandad, alegría y diversión, degustan los productos y bebidas que portan las carretas.
“La gastronomía para reponer fuerzas en el camino es fundamental, todo ello bien regado con las bebidas refrescantes, principalmente”, relataba uno de los componentes de la Peña, mientras no deja de sonar el tamborilero abriendo el camino y la música propia de los romeros donde algunas parejas se atreven a bailar con el mejor voluntad, más que nada.
El sol apretó y la sombra de las carretas era bien aprovechada. Sin duda, el comentario que más estuvo en boca de todos, fue la lluvia caída 24 horas antes y que colaboró un poco para que el camino no estuviera tan seco.
El final del camino estaba al llegar a la zona de Caicillos, junto al puente que cruza río Verde tanto por la carretera autonómica A-4050 como la autovía -7, que por segundo año fue acondicionada para la acampada y donde ya se acomodaron todos los participantes para pasar el resto de la jornada.
Durante el recorrido la romería contó con la presencia y colaboración de la Guardia Civil que se encargó de velar por la seguridad de los participantes al regular el acceso al centro urbano por La Paloma. En este punto se incorporó también cerrando el cortejo Protección Civil.
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