Lo hace por 10 años y un presupuesto total de casi 1,2 millones de euros.
La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible ha sacado a licitación el contrato para la gestión de los servicios de control de acceso a los acantilados de Maro-Cerro Gordo desde la playa de Catarriján, en Almuñécar, lo que se realiza merced el equipamiento de uso público ubicado en ese espacio.
La concesión se realizará por diez años de duración y con un presupuesto total que se acerca a 1,2 millones de euros, según ha detallado la Consejería, que en un comunicado ha precisado este lunes que el plazo de presentación de ofertas finaliza este martes, 3 de mayo, a las 12,00 horas.
Gracias a esta concesión, se consigue compatibilizar las visitas a este espacio natural de la provincia de Granada con su preservación, «facilitando además un ecoturismo sostenible», al tiempo que subrayan que se trata de unos acantilados que «cada vez son más visitados por la gran belleza de sus paisajes», dicen desde la Junta
La gestión de este equipamiento de uso público supone la puesta en marcha de distintas actuaciones tales como la recepción, información y promoción sobre el espacio natural, lo que permite una aproximación al patrimonio natural y cultural de esta reserva.
Igualmente, contempla la restauración o, en su defecto, el alojamiento de personas asociadas al equipamiento, la dinamización del espacio mediante planes de educación ambiental, la posibilidad de venta de artículos y productos artesanales locales, así como de la Red de Espacios Naturales.
Además, la concesión de este equipamiento de uso público también recoge el control del estacionamiento para evitar problemas de seguridad o la degradación del espacio natural, el transporte de los visitantes a zonas restringidas, o la gestión de las rutas e itinerarios igualmente restringidos.
MARO-CERRO GORDO
Los abruptos acantilados de Maro-Cerro Gordo, que se alternan con pequeñas playas y calas de difícil acceso, ofrecen, según pone de relieve la Junta, «un fantástico paisaje» en el que también se divisan terrazas cultivadas a grandes alturas y que cuelgan de las laderas de la montaña.
Este enclave se extiende desde la torre de vigilancia costera de Maro hasta la cala de Calaiza e incluye una franja marina de un «gran valor ecológico». Los senderos, avistamientos de aves y la fauna marina con peces de vivos colores se complementan con otros parajes tales como la Cueva de Nerja, compuesta por distintas galerías con estalactitas, columnas y cascadas, así como importantes yacimientos arqueológicos del paleolítico.
Durante el período estival se pone en marcha un servicio de regulación de accesos a las playas de El Cañuelo (Nerja) y Cantarriján (Almuñécar) mediante vehículos lanzaderas que parten desde sendas zonas de aparcamiento habilitadas al efecto, lo que facilita el control de los accesos a estos entornos, según concluyen desde la Consejería de Desarrollo Sostenible.
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