Almuñécar volvió a celebrar  con devoción «El Paso»  la mañana del Viernes Santo.

Una multitud de vecinos y visitantes llenaron la plaza de la Constitución y calles aledañas por donde, posteriormente,  desfilaron las imágenes.

Si en algo se diferencia la Semana Santa de Almuñécar con respecto a otras es en la representación de “El Paso”, en la mañana del Viernes Santo.  Un acto que  se remonta al siglo XVI.  Las calles  sexitanas y, muy especialmente, la plaza de la Constitución,  acogen se  la representación de «El Paso», un auto-sacramental que recrea el trayecto que hizo Cristo por la calle de la Amargura. Precisamente esta celebración  le valió el reconocimiento de la declaración de Interés Turístico de Andalucía.

En el acto participan las imágenes de Nuestro Padres Jesús Nazareno, Nuestra Señora de los Dolores, Santa Mujer Verónica, y San Juan Evangelista. Todas estas tallas son articuladas, lo que permite su movimiento. Así   la Verónica que accede a la plaza por la calle Real, se acerca al Nazareno , que había entrado por Arco del Derrumbadero , y  le lava la cara con un paño,  quedando marcado  el rostro de Cristo.  A continuación,  corre a contarle la noticia a San Juan, quien baja por la calle Nazareno. Posteriormente,  ambas  imágenes corren a contarle la noticia a la Virgen de los Dolores.

Para esta ocasión las citadas imágenes, que procesionan  en  su mayoría casi horas antes, son llevadas sobre un trono  con formato de parihuelas, lo que facilita el movimiento y el tránsito por calles estrechas.

Con anterioridad  se celebró el “Paso de Simón”, en el que los romanos cogen el Cirineo. En unas carreras de ida y vuelta  por la plaza, Simón,  escoltado por dos soldados romanos que golpean rítmicamente sus escudos, cimbrea la vara. Al terminar le entregan un puñado de monedas por su trabajo que rápidamente lanza al aire, ofreciéndose a ayudar al Nazareno.

Para entonces la plaza ya está abarrotada de público, vecinos y visitantes siguen con atención esta primera parte.  En  la segunda, interviene la narración del sacerdote desde un balcón, que este año estuvo a cargo del párroco, Vicente Guerrero, acompañado por el presidente de la Agrupación, José Carlos Linares y expresidentes, Antonio Díaz y Javier Zarcos, ya que este acto, la organización recae en la propia Agrupación de Cofradías.

Durante la narración de los hechos y encuentros acontecidos el sacerdote hace hincapié o correlación con la vida actual. También se canta con la “Voz del Ángel”  los decretos por una voz femenina oculta al público.

Uno de los actos más emotivos es, sin duda cuando la Virgen, al enterarse llora desconsoladamente.  No obstante, la Virgen,  acompañada de San Juan y la  Verónica,   decide ir en busca de Jesús; sin embargo,  a medio camino los romanos le cortan el paso, cruzando lanzas en el trayecto. Finalmente, consiguen llegar hasta Él. El acto termina con la bendición de la Virgen de los Dolores a todo el pueblo de Almuñécar y a sus visitantes, en general.

Una vez concluido las Imágenes procesionan por las calles peatonales del casco antiguo hasta entrada la tarde que de nuevo vuelven al templo parroquial de la Encarnación.

Piedad,  Entierro  y Soledad

El intenso Viernes Santo sexitano tiene su punto y seguido al caer la tarde,  con la salida a la calle de la Cofradía de la Piedad. Un paso de misterio realizado por el imaginero granadino, Miguel Zúñiga Navarro,  que bajan decenas de horquilleros  desde su Ermita situada en el barrio San Sebastián  para recorrer y llenar las calles de Almuñécar del azul cobalto de sus túnicas y capirotes, así como  varias decenas de mantillas negras.

Más tarde, salía de la iglesia parroquial de la Encarnación la  Primitiva Archicofradía de la Santa Vera Cruz y Real Hermandad del Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo, conocida popularmente como la Hermandad del Santo Entierro, acompañada de las cofradías del Cristo del Perdón y María Magdalena, junto la Virgen de los Dolores. Acompañaba por un cuarteto de música sacra y   donde participaba una representación municipal encabezada por la alcaldesa, Trinidad Herrera.

Ya, en la madrugada del Sábado Santo, pone el broche el Vía Crucis Parroquial del Santísimo Cristo de la Misericordia y María Santísima de la Soledad, que este año realizó su recorrido a los sones de un tambor.

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