El Martes Santo en Almuñécar es, desde hace tres décadas, día de fervor por El Moreno: Cristo de los Gitanos. La Cofradía del Santísimo Cristo Atado a la Columna, conocida popularmente como Cristo de los Gitanos, llena este día las calles de Almuñécar de rojo, dorado, mantillas y el cante de saetas manifestando la devoción a la Imagen que realizara el escultor granadino, Miguel Zúñiga, y que, desde 1991, recorre las calles sexitanas.
Este Martes Santo no iba a ser menos. Las dudas, por las cuatro gotas que cayeron antes del horario previsto para la salida, quedaron despejadas por el Hermano Mayor, Manolo Cortés Carmona. El Moreno volvió a reencontrarse con el pueblo de Almuñécar dos años después debido a la pandemia.
Antes, en el interior del Templo El Salvador, sede de esta Cofradía y desde donde se disponía a salir el paso, se vivieron momentos de nervios. Había que adaptar el trono lo mejor posible para que los casi 90 horquilleros, a las órdenes de Diego Jiménez, pudieran ocupar su sitio en el mismo. Momento que aprovecharon algunos hermanos para plasmar el momento o, incluso, pedir la protección del Cristo. Este fue el caso de los padres de Luca, que con tres semanas ya lucía su túnica roja de ésta cofradía. En la calle, la plaza del Cristo de la Buena Muerte, se encontraba llena de público aguardando el momento de la apertura de la puerta principal y saliera El Moreno. El alumbrado público se apagó para dar mayor realce al encuentro.
Sobre las 21,30 horas se abrió la puerta y comenzó a salir la Imagen del Cristo entre una nube de humo, mientras sonaba “La Saeta”´, interpretada por la Agrupación Musical de la Encarnación de Almuñécar. No tardaron en escucharse las primeras saetas al Moreno. La representación de cofradías de El Salvador: San Juan, Despojado, Esperanza.. rindieron honores en la citada plaza. Mientras tanto, ya había quedado el cortejo formado en la calle Manuel Pintor Rivera, que abría el Real Cuerpo de Tambores, pertenecientes a la Banda Municipal de Música de Almuñécar, bajo la dirección de David Pino.
El Martes Santo sexitano brilló de fervor a lo largo del recorrido y se volvió a plasmar otra noche para el recuerdo, en la que fue el reencuentro de El Moreno y Almuñécar.