Lola Frontana abrió las puertas de Heladería Daniel en 1975, junto a su marido, Pepe Muñoz, con sus helados artesanales y sus postres caseros. Sin embargo, Pepe Muñoz falleció en 1991 y Lola se queda sola con cuatro hijos a los que cuidar. No lo dudó y se puso al frente de la heladería para seguir luchando por su familia y por el negocio.
La popularidad de la Heladería Daniel fue en ascenso, ofreciendo productos innovadores como los helados tropicales o la famosa cazuela mohína por los que ha recibido numerosos reconocimientos.
Más tarde, con ayuda de sus hijos, Heladería Daniel fue creciendo y marcando la diferencia, convirtiéndose en un reclamo para el visitante que busca la mezcla entre tradición y vanguardia en este templo del sabor. Lola Frontana no piensa en la jubilación, tan solo en mantener el nombre de Heladería Daniel en lo más alto
Por su lucha constante, el Patronato de Turismo del Ayuntamiento de Almuñécar y La Herradura ha concedido a Lola Frontana el Premio Turismo 2021