Solo se libró la playa de Marina del Este donde se concentraron, no solamente bañistas, sino decenas de buceadores para practicar este deporte.
La bandera amarilla predominó el primer domingo de julio en los puestos de socorro y por tanto en las playas de Almuñécar y La Herradura. Solo se libró la playa de Marina del Este, donde ondeó, lógicamente, la bandera verde fue la que ondeó al estar protegida del poniente.
Y es que fue el oleaje poniente, acompañado de aire que no llegó a superar los 20 kilómetros/ hora, el que se impuso desde primera hora de la mañana. Sin embargo, esta situación no restó afluencia a las playas. Al contrario, después de soportar temperaturas muy altas durante los últimos días en el interior de Andalucía había ganas de darse un chapuzón o al menos ir cogiendo el moreno en la piel.
Las imágenes de la playa de San Cristóbal de Almuñécar reflejaban toda la situación manifestada. A ello se unía la playa Puerta del Mar y La Herradura.
En la playa de Velilla, algo más protegida del aire de poniente no estuvo ausente del color amarillo, que indicaba precaución a la hora de acceder al agua. No obstante, los socorristas del puesto de esta playa tuvieron que sacar del agua a tres menores que les costaba volver a la orilla con una tabla de surf, según informó el coordinador del Servicio.
Donde había gran afluencia de bañistas y, sobretodo, buceadores, era en la playa de Marina del Este. La zona está protegida del poniente y permite el buceo por ello los clubes de Almuñécar y La Herradura, así como otros muchos de la provincia de Málaga, se dieron cita desde primera hora de la mañana y ocuparon con sus vehículos los pocos aparcamientos que tiene el entorno.” Son decenas de buceadores lo que se concentran en días como éste de poniente en la zona y muchas embarcaciones de apoyo”, según manifestaba uno de los socorristas del puesto de tiene esta playa, situada cerca del puerto deportivo del mismo nombre.
Así las cosas, el primer domingo de julio se notó una mayor afluencia de bañistas y visitantes a las playas y, por ende, a las terrazas de chiringuitos y bares y restaurantes, con la correspondiente protección del aire y sol ya que el termómetro se fue elevando hasta los 30 grados.
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