Antonio Gómez “El Turry” volvió al escenario sexitano después de un año y demostró una vez más que es una de las voces más destacadas del panorama flamenco granadino
“El Turry y familia” llenó de cante y público, con aforo limitado, la Casa de la Cultura de Almuñécar. Había ganas de disfrutar de un buen espectáculo flamenco y, sobretodo, de volver a oír el cante de Antonio Gómez “El Turry”, después de un año ausente del escenario.
El espectáculo, que comenzó con una gran ovación del público en el recibimiento de las dos familias sobre el escenario, recogió una muestra del buen hacer de El Turry interpretando varios palos, incluido, una referencia a la misa flamenca, muy oportuno “por las fechas” y fandangos para despedirse del público con dedicatoria a su abuela Encarnación que celebraba su cumpleaños y el homenaje a su raza.
Dos familias gitanas de varias generaciones que expresaron, con arte, lo mucho que llevan dentro cada uno de sus miembros, tanto en el baile con Vero “La India”, Conchi Maya , La Paquera, Lola Bustamante y Rosa “La Canastera”, o el cante de Ricardo de la Juana y José Fernández, así como el propio Antonio Gómez “El Turry”. Todos ellos al ritmo que marcaron en el escenario almuñequero, Jesús de Rosario, a la guitarra; y la percusión de Miguel “El Cheyenne”.
El cantaor almuñequero demostró que sigue siendo la mejor proyección del flamenco en su tierra y una de las más destacadas voces de Granada, tal y como reconoció el propio concejal de Cultura, Alberto García Gilabert, que acudió a felicitarlo al final del mismo, al igual que también hicieron, entre otras personas, el luthier de guitarras de La Herradura, Stephen Hill.