IN MEMORIAM
Gustavo salió este pasado lunes, como casi siempre que tenía un hueco en su jornada laboral tras el mostrador de su tienda en Almuñécar “Wind Sport”, para disfrutar del mar, principalmente, en Almuñécar o en La Herradura. En esta ocasión soplaba poniente y algo de viento, condiciones óptimas para disfrutar en la zona de Puerta del Mar. Sin embargo, nadie podía imaginar que de pronto el corazón de este “capitán” se pararía de pronto. De repente sus compañeros y amigos de aventuras náuticas: José Luis, Luis y otros que compartían la actividad no veían la vela del kitesurf de Gustavo. Sorprendidos lo buscaron y localizaron sin saber nadie que le pasaba. Lo llevaron hasta la orilla entre Luis (Piti) y amigo extranjero médico. Intentaron reanimarlo mientras daban el aviso de socorro al 112. Sanitarios de Almuñécar y el 061 retomaron las tareas de reanimación sin fortuna. Gustavo se fue. Fueron momentos indescriptibles para todos los presentes: rabia, incredulidad, dolor, llanto… No podía ser verdad, pero este marengo se quedó dormido para siempre.
Gustavo era un gran especialista en las actividades náuticas y por tanto no había duda de que el motivo no estaba en su manejo, sino en su corazón. Un corazón tan grande como él. Amigo de sus amigos. Un gran deportista del mar en todas sus modalidades y también de la aventura en moto o en bici. Eran sus pasiones.
Cuando se hacía a la mar el tiempo pasaba muy rápido. No importaba como estuviera el estado de la mar, siempre había una modalidad deportiva para practicar en calma o con aire y oleaje. En cualquier momento del año.
Durante el otoño pasado el mar se movió poco y por ello elegía la bahía de La Herradura para disfrutar de las puestas de sol, que desde el mar se apreciaban mejor encima de la tabla de paddlesurf, en incluso, navegar junto a los delfines que cruzaban la Punta de la Mona cuando navegaba desde o hacia Marina del Este siendo testigo los acantilados y las gaviotas. También, si soplaba algo de aire de poniente, se atrevía a montar la cometa y volar sobre la tabla practicando, antes el windsurfing, después el kitesurf con el que “cabalgaba las olas” recorriendo la bahía herradureña o la playa Puerta del Mar, entre otras zonas de la costa sexitana.
La muerte de Gustavo Arrojo Agudo ha provocado un shock entre todos sus amigos de Almuñécar, Nerja, Torrox y hasta Tarifa, a donde se escapaba cada vez que podía, que aún no se lo terminan de creer. Todos ellos lloran su muerte junto a su familia y todos los que le conocíamos. Era un gran deportista y una mejor persona. Gente buena y buena gente con todos. El recuerdo de Gustavo seguirá cabalgando las olas o sobre la tabla de paddelsurf en su bahía herradureña donde conoció el mar, disfrutó y se enamoró. Inolvidable Gustavo Arrojo Agudo.