Proceden de excavaciones municipales realizadas entre el año 1982 y principios del 2000 y se encontraban en decenas de cajas de fruta.
La Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Almuñécar trabaja para hacerse con un amplio fondo museístico y poder conseguir legalizar los museos de la ciudad con los trabajos de inventario y fotografías que lleva a cabo en varias decenas de cajas y que guardan miles y miles de restos arqueológicos procedentes de numerosas excavaciones, en solares públicos y privados, que datan desde el año 1982, con la excavación en el parque “El Majuelo”, hasta comienzos del año 2000, según el edil del Área, Alberto García Gilabert.
Un equipo de arqueólogos viene realizando desde hace unos días un trabajo intenso de inventario y fotografías de todas y cada una de las piezas que tiene cada caja, en muchos casos recogidas en bolsas y etiquetadas que indica el año y a la excavación a la que pertenece.
García Gilabert explicó que la idea es “conocer, con exactitud, a que civilización pertenecen los respectivos restos y documentarlo gráficamente para después poder hacer exposiciones o, incluso, incorporarlo al propio museo arqueológico como fondo museístico con el fin de que puedan ser estudiados o conocidos por personas interesadas o investigadores”, dijo.
En opinión del edil sexitano de Cultura “no sirve de nada tener esta impresionante cantidad de restos arqueológicos, en muchos casos de gran valor y que nos recuerda la importancia que tuvo Almuñécar en la antigüedad, y lleven, en algunos casos, casi 40 años dando vueltas por distintas dependencias municipales sin saber muy bien su contenido o categoría” indicó.
Los trabajos de inventariado ocupan una amplia “sala-laboratorio” de la Casa de la Cultura donde se amontonan decenas y decenas de cajas de plástico que llegaron procedentes de los almacenes municipales. En las etiquetas de las cajas se puede leer la procedencia de los restos. Desde el año 1982, con motivo de la excavación del parque “El Majuelo”, hasta los años 2000. Excavaciones que dirigió el arqueólogo municipal Federico Molina Fajardo en lugares también como en calle Vélez, Morería y otros muchos ya que antes de realizar construcción alguna en el casco antiguo, como está declarado Bien de Interés Cultura (BIC) es preceptivo el estudio del subsuelo.
Por lo pronto, las labores de catalogación se estima que puedan ejecutarse por espacio de tres a cinco meses. “Cuando se termine las piezas irán al fondo museístico en 250 cajas especiales que hemos adquirido. Todo ello irá documentado y lo daremos a conocer con el contenido respectivo y alguna publicación”, dijo Alberto García Gilabert.
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