Tras la cosecha de la chirimoya de primavera que está en su recta final. Ahora la Vega se convierte en un gran parque natural con una amplia fauna en reproducción.
La poda de la chirimoya ya se ha ampliado a todo la vega de Almuñécar y La Herradura después de que se recolectara las últimas cajas de fruta de la cosecha de primavera.
Y es que en pocos días la Vega sexitana está cambiando de color de forma radical. Pasó del verde intenso durante el invierno, al amarillo y marrón que toma en estas fechas hasta que los arboles se queden sin hojas. Es curioso pero el contraste es muy sorprendente para aquellos que no conocen la vida este gran bosque subtropical. ¿Cómo es posible que cuando el campo está más verde que nunca la vega cambia de color?, se preguntan.
El proceso de hoja caduca llega al chirimoyo entre la primavera y hasta las puertas del verano, como mucho. La Vega sexitana se convierte en todo un parque natural lleno de fauna propia que lo habita durante todo el año. En estas fechas de primavera las aves utilizan las ramas para montar sus nidos para la reproducción. El espacio de llena de sonidos provocados por el cántico de aves que se puede percibir en la distancia y que lo hace único, sobretodo, al caer la tarde.