La compañía malagueña María Zambrano  presenta  hoy en Almuñécar  la obra “La tumba de Antígona» 

Será a partir de las 22 horas en la segunda jornada  del XI  Festival de Teatro Grecolatino “Sexi, Iulum, Firmum” .

Una obra profunda, hermosa que nos hace pensar y reflexionar. Un espectáculo, en suma, que debemos ver y contemplar con cuidado y atención Así define el coordinador del Festival Grecolatino de Almuñécar la obra que se presenta  esta noche en escenario del Acueducto Romano sexitano de La Carrera, situado en el centro de la ciudad almuñequera.

“En esta obra la filósofa malagueña muestra un trasunto de su propia biografía y se revela ante el final que Sófocles dio a la tragedia, impidiendo su muerte y situándola en un especie de «limbo» en el que muestra a una mujer fuerte y valiente que se enfrenta a «las leyes dictadas por los hombres» y que no se resigna a su triste final”, explicó Cantudo.

Una mujer que vive el conflicto entre sus dos hermanos que se enfrentan hasta la muerte y en donde Zambrano encuentra sin dificultad el reflejo de la Guerra Civil, de las dos Españas.

Medea en Camariñas.

Anoche el público disfrutó con la obra de Andrés Pociña “Medea en Camariñas” que fue la encargada de abrir esta undécima edición del Festival Grecolatino de Almuñécar. Ocurre en Camariñas  porque está en la costa, porque los griegos no podían vivir alejados del mar y porque Andrés es gallego, pero podría haber estado situada en cualquier rincón de la costa andaluza, o por qué no, colombiana.

“Vimos una  Medea real, auténtica, sin épica ninguna detrás. Una Medea que se mueve por las mismas razones que se podría mover cualquier mujer. Una Medea reivindicativa, rebelde, que se queja de lo que le ocurre, que se avergüenza de lo mismo que lo hace cualquier mujer, que recuerda los buenos momentos pasados en su juventud, que prefiere olvidar lo que no fue tan bueno, que vibraba con el contacto de su hombre y que acabó despreciando a quien no le amaba”, según relató, Antonio Cantudo

Medea es un mito, es un monstruo, es la encarnación del mal, de la locura. Medea mató a sus hijos. Se convirtió en todo lo que no somos capaces de nombrar. ¿Cómo puede una madre ser capaz de matar a criaturas engendradas de su vientre?…

Pero y si no fuera así. Y si Medea fuera una mujer normal y corriente que sufre como todas las demás, que camina entre la gente como hacemos el resto de mortales. Y si simplemente lo que se nos ha contado sobre ella, solo fuera una gran mentira. Una «fake news».Eso es lo que quiso Andrés Pociña construir y contarnos con su Medea en Camariñas.

Juan Manuel De Haro:
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