Antonio Olmos Blanco y  Windsurf Velilla, Premio Turismo Almuñécar 2018

 

 

A  la playa de Velilla llegó Antonio Olmos en 1974, con 18 años. Vivía en Madrid pero veraneaba aquí desde los 7 años y hoy, con 61, sigue disfrutando de nuestra tierra como un sexitano más. Hasta Almuñécar le trajo su amor por el mar y los deportes de agua, sobre todo, la pesca submarina y el buceo, una afición que sigue practicando siempre que puede.

Sus inicios laborales le llevaron a montar en 1975, en un cortijo de Taramay que restauró junto a Alfredo Archilla, el pub ‘El Cortijillo’. Después, en 1980, se instaló en la playa con 4 tablas de windsurf y una sombrilla. Empezó a alquilar y se sacó el título de monitor para poder dar clases de este deporte, que por entonces estaba naciendo, que atraía a muchos valientes, y que le dio la oportunidad de trabajar incluso como monitor de animación en hoteles de Málaga.

Pero él quería volver a Almuñécar, donde ha formado una bonita familia a la que adora. Cuando comenzaron a otorgarse las concesiones para instalaciones náuticas y chiringuitos en las playas, montó una caseta de madera en  playa de Velilla, que poco a poco fue mejorando, hasta convertirse en el negocio que es hoy en día, dedicado en exclusiva a las actividades acuáticas y a dar clases a vecinos y turistas.

De sus años de experiencia puede contar mil y una anécdotas. Recuerda algunas muy estresantes, aunque con final feliz, como la vez que salvó la vida a un señor mayor, italiano, al que la resaca no dejaba llegar a la orilla. Y otras, tan reconfortantes como el agradecimiento que le profesó un señor que venía desde Ceilán para navegar por nuestro litoral. Aquel día, Antonio estaba a tope de trabajo y le era prácticamente imposible prepararle el catamarán; pero era tal la ilusión que este visitante tenía, que le montó la embarcación para que saliera a navegar con su esposa. Cuando salió, le regaló un sincero abrazo y le confesó que le había dado la vida, que había cumplido su sueño.

Así es Antonio, entregado en cuerpo y alma a hacer feliz a sus clientes,  muchos de ellos ya amigos desde hace en algunos casos, hasta tres generaciones. Y al pie del cañón quiere seguir hasta que su cuerpo aguante, la jubilación no va con él. La playa de Almuñécar es su vida.

Por dar vida a una de las playas más señeras de nuestro municipio, recibe el Premio Turismo Almuñécar 2018, Antonio Olmos Blanco, gerente de Windsurf Velilla.

Entregó el Galardón: Luis Aragón. Concejal de Deportes y Medio Ambiente.

Recogió: Antonio Olmos Blanco.

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