Contó con la participación de los cantaores, Alicia Morales, Iván Centenillo y Antonio Gómez “El Turry” con la guitarra de Rubén Campos. La presentación y coordinación corrió a cargo de José Carlos Rodríguez Díaz.
Almuñécar rindió un gran homenaje a la saeta y a su Semana Santa con la puesta en escena de la I Exaltación a la Saeta promovida por la Banda de Cornetas y Tambores Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y que tuvo como escenario un auditorio de la Casa da la Cultura lleno de público y una extraordinaria puesta en escena.
Los jóvenes cantaores Alicia Morales, Iván Centenillo y el almuñequero, Antonio Gómez “El Turry”, acompañados a la guitarra por Rubén Campos, dieron buen muestra de la expresión de la saeta en distintos formatos. Todos ellos pusieron el listón muy alto, con una gran exhibición de este cante tan sentido, andaluz y de pasión que el público supo reconocer con grandes aplausos.
En la puesta en escena no faltó la bailaora sexitana, Paola Almodóvar, que con sus palmas y su grupo de baile, Andalucía Baila, no quiso faltar al acto a pesar de recuperarse de una molestia física.
Por su parte, la Banda de Cornetas y Tambores Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, estuvo en su línea habitual, aunque para los almuñequeros es de sobra conocido, los componentes, en su conjunto o en los solos de corneta, elevaron aún más sus obras o composiciones destacando año tras año.
La presentación, el pregón y devoción sexitana de la saeta en distintos escenarios almuñequeros teniendo como protagonistas a los distintos titulares fue magníficamente realizada por cofrade almuñequero, José Carlos Rodríguez Díaz. Sus bellas intervenciones fueron también muy aplaudidas. Y es que las intervenciones fueron un canto oral extraordinario que dejaron a muchos sorprendidos.
La I Exaltación a la Saeta “Ciudad de Almuñécar”, que contó con la colaboración de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento almuñequero, fue un gran acto donde se reflejó la Semana de Pasión sexitana. Un canto a la devoción de un pueblo milenario que mantiene una tradición más viva que nunca, como se refleja en las nuevas generaciones.