El poeta jienense afincado en Almuñécar – La Herradura, Tomás Hernández Molina (Alcalá la Real (Jaén) 1946), presentó anoche su último libro de poemas que lleva pro título “174517. (El corazón del pájaro)”. Un poemario sobre el holocausto nazi con el que ganó el X Premio Internacional de Poesía “Ciudad de Pamplona”.
El acto, que fue presentado por el director de la Biblioteca Municipal Javier Sánchez Contreras, tuvo lugar en la sala de conferencias de la Casa de la Cultura sexitana, contó con la intervención de José Miguel Lozano Mingorance, profesor de Matemáticas del IES Antigua Sexi, quien se encargó de realizar una amplia introducción sobre el contenido del libro.
“El título del libro de Tomás Hernández, “174517 (El corazón del pájaro)”, se debe al número de preso en un campo de concentración del escritor italiano de origen judío, Primo Levi. Lo que empezó hace muchos años con unas notas de algunos episodios del holocausto, al cabo de unos meses se dio cuenta de que tenía un libro, tras consultar con varios amigos”, recordó Lozano
Este poemario fue galardonado por el jurado el Premio Internacional Ciudad de Pamplona en su décima edición, “porque se trata de un libro con contenido, racional y frío, que destaca la magnitud ética, sin caer en el dramatismo” al abordar una cuestión tan dura como el holocausto nazi”, señalaron
Galardones.
Tomás Hernández es filólogo y se ha dedicado a la docencia, entre otros destinos, en el IES Antigua Sexi de Almuñécar donde jubiló. Ha publicado nueve libros de poesía, “Esfinge”, “La manera en que muerdes tus labios cuando esperas”, “El viaje del Elpénor”, “Cuaderno de Salobreña”, “Y vénate mis ojos”, “Última línea”, Accidentes geográficos”, “Peñón de las Caballas” y “Tres vecas vino y se fue el invierno”, así como otros trabajos titulados “Epigramas de Marcial”, “Poesías de Francisco Aldana” y “Un viento inesperado”. Entre otras distinciones ha recibido el Premio de Poesía Ciudad de Zaragoza de 2005, el Premio Manuel Alcántara de 2005, el Premio Jaén en 2007 y el Premio Antonio Oliver Belmás en 2008.