Carlos Rodríguez Cano, séptimo en Sant Boi, se mantiene al frente de la Copa de España júnior

 

La tercera prueba se ha celebrado con la 37ª Cursa del Llobregat Navàs-Sant Boi (111 km) tierras barcelonesas, donde, por cierto,  el ciclista  almuñequero ganó el maillot de la montaña.

Carlos Rodriguez Cano, (Polartec-Kometa) ha sido séptimo en  la 37º Cursa del Llobregat entre Navas y Sant Boi, donde se impuso el corredor  Pau Miquel (Turismo Villanúa), quien llegó escapado a los últimos compases con Josep Miquel Canet (Ulbsport-Ginestar).  Con este resultado el ciclista almuñequero  se mantiene al frente de la general de la Copa de España junior dada la amplia puntuación que tenía.

Carlos Rodríguez Cano fue uno de los grandes protagonistas de la prueba con una apuesta ofensiva que se gestó en el segundo de los puertos de montaña, el Alto de Ullastrell, y que expiró, absorbido por un grupo de una veintena de unidades en el que también se encontraba su compañero, Álex Martín, dentro de los últimos quince kilómetros.

Rodríguez Cano, en solitario, llegó a  rodar con 40 segundos de margen sobre sus perseguidores. Fue una apuesta que vino a darle continuidad al gran trabajo del Polartec-Kometa durante muchos kilómetros para mantener la carrera controlada.  Una vez que fue cazado, con el jersey de la montaña asegurado, y conformado el grupo de veinte unidades que rodaría en cabeza de carrera, llegaría algún infructuoso intento de Martín.

Consolidada esa fuga de dos corredores, con otro más de puente, Rodríguez Cano firmó la séptima plaza final, a 32 segundos del ganador. Con idéntico tiempo, Martín concluiría el undécimo. En pelotón que llegó a 2:30 se encontraban Juan José Rosal (24º en meta), Joan Marc Campos (32º) y Manuel Jesús Carrellán (38º).

El ciclista sexitano s además de liderar la clasificación de la general también se hizo con el maillot de la montaña  de esta tercera prueba de la Copa.

La cuarta prueba de la Copa llegará el próximo 17 de junio con la celebración del Memorial José Luis Junto de Unquera (Cantabria). Serán 113 kilómetros quebrados, de gran exigencia por el acumulado de desnivel en un terreno carente de descansos.

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