El profesor Rafael Pérez Gómez dio un gran lección en Almuñécar sobre  La Alhambra de Granada, abstracción y belleza”

 

 El profesor Rafael Pérez Gómez dio toda una lección anoche sobre la  Alhambra en la búsqueda de la belleza del monumento nazarí.

“Siempre me ha interesado la búsqueda de la belleza. Quizá sea esta la razón por la cual soy matemático. Hay una percepción de la belleza que puede ser meramente sensorial, o también emocional e, incluso, espiritual. Sin menospreciar los caminos anteriores, el acercamiento intelectual a la belleza es el que para mí, sin duda, más me interesa” dijo el profesor de la Universidad de Granada.

El acto, celebrado ante una sala de conferencias llena de público,  se inscribe dentro del convenio dentro del ciclo de conferencias que desde hace unos años viene celebrándose por la Universidad de Granada tras el acuerdo alcanzado con la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Almuñécar.

Para profesor Pérez Gómez, el placer estético “es el resultado de un proceso de descubrimiento de todas y cada una de las claves que una determinada obra de arte encierra. Se trata, pues, añadió,  de analizar la composición existente que da sentido al orden de cada parte y desarrolla un concepto global de la obra; descubrir desde la complejidad aparente que ante mí se muestra la sencillez que la provoca; interpretar el orden que se presenta ante mi mirada que, siendo relajante, me intranquiliza con sus preguntas; disfrutar de la armonía existente en cada una de sus partes, en consonancia con el todo, que despiertan el proceso de identificación o mimesis, como dijera Aristóteles; y, por último, establecer la comunicación entre lo observado y yo mismo, el observador, que se hace a través de los símbolos que permiten hablar, sin hora ni lugar, a quienes diseñaron cada parte de la obra y a la Cultura a la que pertenecen y se deben”, señaló el profesor.

Para hablar de la estética de la arquitectura islámica conviene recordar un hádiz atribuido a uno de los grandes pensadores de al-Andalus del siglo XII, el ilustre murciano Ibn Arabí: “Dios es bello y ama la belleza, el altísimo es el artesano del mundo (…). Todo el mundo alcanza el culmen de la belleza, nada en el mundo es feo. Dios reunió en él toda la hermosura y la belleza. No cabe nada más bello, más maravilloso, ni más hermoso que el mundo”.

¿Cómo representar la belleza del mundo para acercarnos a la Belleza de Dios? Aquellos nazaríes encontraron una forma magistral de hacerlo: organizaron un programa ideográfico basado en la incorporación de varios recursos constructivos utilizados para la decoración de sus palacios. El uso de espejos de agua o cerámica, la plasmación simultánea de tres conceptos, independientes entre si, sobre los paramentos planos sustentadores de sus edificios que consiguen hacerlos hablar, la representación abstracta de ideas y creencias religiosas haciendo uso de formas geométricas básicas como el cuadrado y el círculo o la unidad multiplicada de forma infinita mediante la simetría, y, por último, la sobreabundancia del color como símbolo de la presencia de la luz Divina.

El profesor de la UGR manifestó que esta forma de pensar lleva a arquitectos, geómetras, poetas, tracistas, calígrafos, artesanos en general, “a fijar las bases para proyectar los espacios destinados al uso religioso o al ejercicio del poder tiene su origen en el anatema de la idolatría aparece tanto en el Corán como en el Hadiz. La renuncia al empleo de imágenes para transmitir los mensajes de la Revelación en los lugares de culto, la arquitectura religiosa del Islam, y en los palacios, la arquitectura del poder musulmán, hizo que tanto la caligrafía como la geometría, con sus procedimientos constructivos y formas abstractas, se convirtieran en las artes por excelencia para definir espacios y embellecerlos con la belleza que el texto sagrado merece. En suma, caligrafía y formas abstractas, lenguaje y geometría, puestas al servicio de un proyecto arquitectónico al servicio del poder nazarí, político y religioso, para desarrollar su programa decorativo de forma que queden reflejadas su grandeza y protección Divina.

Cabe recordar que el profesor Rafael Pérez Gómez es doctor en Matemáticas por la Universidad de Granada.  Actualmente imparte docencia en la ETS de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos y en la de Arquitectura.  Es Miembro del Consejo Asesor del Servicio de Publicaciones del Patronato de la Alhambra y Generalife  y Director Académico del Programa La Alhambra educa.

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